Los 12 principios fundamentales de la permacultura que todo agricultor debería conocer.

principios de permacultura

Si has oído hablar de la permacultura y te preguntas de qué se trata, aquí te dejamos una breve introducción!

Fundada por Bill Mollison y David Holmgren , la permacultura existe desde la década de 1970. Lo describen como:

“Paisajes diseñados conscientemente que imitan los patrones y las relaciones que se encuentran en la naturaleza, al mismo tiempo que producen una abundancia de alimentos, fibra y energía para satisfacer las necesidades locales”.

No obstante, si quieres profundizar un poco más en el tema de la permacultura, te recomendamos que eches un vistazo a los posts 15+1 documentales sobre permacultura que no te puedes perder y los 10 mejores libros para iniciarse en el mundo de la permacultura.

En este post vamos a enumerar los 12 principios en los que se basa la permacultura y que todo agricultor debería conocer y que pueden darte indicaciones claras para vivir una vida más tranquila y sostenible.

Cada principio se puede interpretar de una manera amplia. Estos son solo algunos ejemplos de cómo puedes aplicarlos en tu vida.

1. Observa e interactúa.

Antes de actuar, es necesario tomarse un tiempo para observar lo que está sucediendo. Si deseas empezar a trabajar un terreno, debes observar primero el espacio y ver qué partes reciben más sol y lluvia, y qué partes reciben más viento o sombra.

Tu trabajo se vuelve mucho más fácil cuando puedes trabajar con la naturaleza, en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo a cuidar plantas que crecen en el lugar equivocado.

2. Atrapa y almacena energía.

Cuando los recursos son abundantes, es inteligente almacenar algunos de ellos para usarlos más adelante. Por ejemplo, puedes emplear tanques de agua para recoger la lluvia, o hacer conservas con las verduras de verano para que puedan comerse en invierno.

Diseña tu casa para que el sol la caliente durante un día de invierno y pueda conservar el calor hasta la noche.

3. Trata de mejorar tus sistemas al máximo.

Trabajar la tierra supone un trabajo bastante arduo, por tanto, debes estar segur@ de que vale la pena. Si te esfuerzas por plantar tomate, regarlos y mantenerlos alejadas de depredadores como los caracoles, también debes tener en cuenta otros factores que puedan afectar negativamente a tu cosecha final.

¿Has recolectado todos los tomates en su momento óptimo? ¿Existen malas hierbas que podrías recolectar y utilizar para alimentar a tus gallinas?

4. Aplica la observación y la autorregulación.

El cambio climático es un ejemplo de retroalimentación negativa que nos indica que debemos cambiar la forma en que producimos y consumimos bienes.

Tu tierra tiene su propio ecosistema y algunas de tus intervenciones pueden tener efectos negativos en ciertas partes del mismo.

Para ello debes de estar muy pendiente de todo lo que está sucediendo en tu parcela e informarse bien de las medidas a realizar en caso de que algo no esté funcionando.

5. Trata de usar siempre recursos renovables.

Para que tu tierra sea sostenible a largo plazo, trata de elegir energía y materiales que se repongan por sí solos y que no lo dañen.

Por ejemplo mantener el suelo rico en nutrientes y saludable usando compost, o utilizando cartón o papel de periódico para eliminar las malas hierbas en lugar de plástico.

principios de la permacultura

6. Trata de no generar residuos.

La idea es que los residuos generados por la plantación puedan ser reabsorbidos por la misma.  Observa muy bien lo que tiras, y reconsidera si se puede reparar o reutilizar. Aquí es necesario tomarse el tiempo necesario para limpiar y mantener tus herramientas para que duren lo máximo posible.

La idea es crear circuitos cerrados, por ejemplo, alimentando a las gallinas con los restos de tu comida: estas producirán estiércol que puedes convertir en abono con el que alimentar la tierra, producir verduras para comer y más restos de comida que darán comienzo de nuevo al ciclo.

7. Diseña bien la ubicación de tus cultivos.

Parece que no tiene mucha importancia en que parte de nuestra tierra cultivemos cada una de nuestras frutas y hortalizas, pero la realidad es que, sobre todo en terrenos grandes, es clave hacer una buena distribución del espacio.

La clave es cultivar las verduras que necesitan más atención o que consumimos más al comienzo del terreno, lo más cerca posible de la entrada, y aquellas que menos atención necesiten más lejos.

8. Integra en lugar de segregar.

Piensa en tu tierra como un componente de una red mucho más amplia de terrenos comunitarios. Te beneficiarás de poder intercambiar tu excedente de producción, compartir tus herramientas y aprender nuevas habilidades.

En lugar de tratar de lograr la autosuficiencia para cada terreno cultivado, se trata de pensar más en construir conexiones entre los terrenos y apuntar hacia una autosuficiencia comunitaria.

9. Usa soluciones pequeñas y a largo plazo.

¿Alguna vez has empezado con un nuevo pasatiempo, y el primer día compraste un montón de cosas, solo para abandonarlo unas semanas más tarde y dejarlos almacenados en un armario cogiendo polvo?

Si estás empezando a cultivar, te recomendamos ir desarrollando poco a poco tus habilidades e ir invirtiendo lentamente sobre la marcha. De este modo puedes ir reuniendo muchos materiales a bajo costo o gratis si estás dispuest@ a ser paciente.

Ir despacio puede significar ahorrar mucho en recursos, dado que no compraremos un montón de utensilios que al final no vamos a usar.

10. Utiliza y valora la diversidad.

Hay un principio que dice “no pongas todos los huevos en la misma cesta”. Cultivar una amplia variedad de plantas, puede significar, no solo el tener una mayor variedad de frutas y verduras en nuestra mesa, sino también el atraer a insectos beneficiosos que protegerán nuestros cultivos de plagas y enfermedades, sin necesidad de utilizar fertilizantes químicos.

11. Aprovecha las aristas o bordes del terreno para cultivar.

Los balcones, los bordes del terreno o del camino de entrada al mismo son solo algunos de los espacios que pueden ser productivos para cierto tipo de plantas.

Así, hierbas como la ortiga o el diente de león se pueden encontrar muchas veces en los bordes de los senderos o en los terrenos no utilizados.

12. Emplea creativamente los recursos, y prepárate para responder al cambio.

La naturaleza, como la sociedad humana, está en constante cambio. A medida que absorbemos los impactos que ocurren en el mundo, debemos estar preparados para innovar y aplicarlos a nuestros propios cultivos con el fin de mejorar, no solo las cosechas, sino la salud de la agricultura en general.

En el caso de que estés buscando a gente para comenzar, una buena opción es la de unirse a la red de permacultura en España, donde encontrarás no solo información para poder practicarla con éxito sino también a otras personas de las que aprender y con las que compartir.

Y es que en Azada Verde nos tomamos muy en serio el desarrollar nuevas formas de cultivar la tierra para obtener el mayor aprovechamiento de la misma, generando el mínimo impacto negativo en este proceso. De otro modo es imposible poder garantizar su salud, y por tanto, la consecución de cultivos y alimentos saludables a largo plazo.

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