La mirada de Lucía

La ventana

La ventana de mi habitación tiene cortinas de paramecios y desde ella se ve el atardecer. Creo que el sol aquí se ve tan rojo porque la tierra es roja. Igual no es por eso, pero es una pasada.

Estar en Mangunde es como estar de campamento, solo que aquí la gente se viste para su día a día y yo solo he traído ropa de deporte. Nadie tiene la misma ropa que otra persona porque todo sale de los fardos de ropa donada que llegan desde Europa. Muchos llevan camisetas del Madrid o del Barcelona pero pocos saben que son dos ciudades de un mismo país.

la mirada de lucia

En Mangunde hay una escuela y un internado en el que viven la mayoría de los niños de la escuela. Otros van y vienen andando todos los días.

Carlos es uno de los niños del internado. Tiene 16 años y por las tardes suele venir a la casa de huéspedes a ayudar a Tomás a hacer la cena. El otro día le enseñé a hacer sudokus con la aplicación que tengo en mi móvil y ahora viene a buscarme para que le deje hacer más. Al ser en el móvil lo ve como un juego, y cuando consigue terminar uno me dice: Ja ganhei. Comete muchos errores pero como la aplicación se lo marca en rojo, simplemente lo borra y prueba con otro número. Tengo que dibujarle algunos en un papel para que aprenda a hacerlos sin errores.

En Mangunde también hay un Instituto de formación profesional, un hospital y la casa de las hermanas (y la casa de huéspedes en la que yo vivo). Algunos funcionarios que trabajan aquí viven en las pocas casas que hay dentro de la misión. Los demás viven fuera, en las chabolillas que hay repartidas por todas partes, como las muchas otras familias de la zona.

La mayoría de estas familias viven de la agricultura. Cultivan tomates, berenjenas, pepinos, calabazas, y lo venden en el mercado. Los agricultores normalmente van descalzos y tienen que coger agua del río y cargarla hasta sus huertas para poder regar. La mayoría son mujeres y lo cargan en la cabeza, porque en la espalda llevan colgados a sus hijos. Solo algunos pocos afortunados tienen sistemas de riego un poco más sofisticados financiados por las asociaciones que trabajan en la zona. Azada Verde trabaja con algunas familias y cooperativas agrícolas y les instala sistemas de riego solares o mediante Bici-Bomba. Si quieres, puedes colaborar en su campaña de crowdfunding para ayudar a conseguir un sistema solar para la cooperativa de Massane. ¡Muchos pocos hacen un mucho!

Escrito por: Lucía García-Iturri