Vacunas, pandemia y países pobres

Vacunas

Las vacunas contra el covid constituyen hoy la principal defensa contra la infección. La liberación de las patentes supondría un avance significativo en la lucha contra la pandemia. Una crisis de salud global requiere una estrategia global e implementar soluciones propias de los nuevos tiempos

Mozambique, como otros países africanos, depende de las donaciones internacionales para el suministro de las vacunas. 

Qué significa la patente de una vacuna

Las empresas farmacéuticas o de biotecnología que han inventado las vacunas contra el covid-19 han registrado las patentes. De manera que son los únicos legalmente autorizados a fabricarla o a vender el derecho a fabricarla. Tienen capacidad para decidir cuántas fabricarán, a quién se las venderán y a qué precio. Las patentes se venden por países, y las farmacéuticas venden su vacuna país por país.

Es cierto que han invertido cantidades ingentes en investigación y que su objetivo es sufragar esa investigación y obtener beneficios. En ocasiones, el dinero público ha contribuido a su financiación. La vacuna de Moderna, ha sido financiada casi por entero por el gobierno estadounidense y la colaboración de particulares.

Países pobres y vacunas

Los países pobres, como Mozambique, tendrán que pagar el precio que las farmacéuticas decidan. Precios sin duda inaccesibles para muchas economías del planeta, que dependerán así de las donaciones internacionales y, probablemente, serán los últimos en recibirlas. En un artículo de 21 de marzo, el Washington post alertó de que los países pobres podrían tener que esperar hasta el 2024 para tener la vacuna.

Cuando decimos «países pobres» estamos hablando del 80% de la población mundial. En una editorial de finales marzo, la revista Nature estimaba que dichos países solo han tenido acceso a un tercio del total de las vacunas y abogaba por la conveniencia de liberar las patentes.

En 2020, el confinamiento y la covid han contribuido al aumento de la pobreza en Mozambique. El Banco Mundial estima que entre 250.000 y 300.000 personas se han sumido en la pobreza ante la pérdida de su empleo y su salario, la subida de precios y la degradación de los servicios públicos.

vacuna en Mozambique

Biden sorprende al mundo

Después de más de un año de pandemia (y casi 7 millones de muertos según el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, IHME, de la Universidad de Washington), el 6 de mayo de 2021, el presidente de los EEUU sorprendió al mundo defendiendo la liberación temporal de las patentes de la vacuna. ¡Inaudito, se unía a la iniciativa de países pobres, como India o Sudáfrica! Más allá de la conveniencia política y el deseo de Biden de aparecer ante la opinión pública como un líder mundial, se trata de una iniciativa histórica.

«Es una crisis de salud mundial, y las circunstancias extraordinarias de la pandemia covid-19 exigen medidas extraordinarias —ha dicho su representante en un comunicado —. La administración cree firmemente en las protecciones de la propiedad intelectual, pero al servicio de poner fin a esta pandemia, apoya la exención de esas protecciones para las vacunas covid-19».

En un primer momento la presidenta de la Comisión europea, Ursula Von Der Leyden, se suma, pero al día siguiente Merkel, la canciller alemana, declara que no es partidaria de la liberación de la patente, y las compañías farmacéuticas ven subir sus acciones en la bolsa.

Para que haya un cambio en la regulación de las patentes se requiere un acuerdo global. Los defensores de mantener las patentes dicen que son el motor de la innovación y la investigación, que la liberación no aumentará la producción de la vacuna, antes bien será un obstáculo, y demás argumentos.

África y las vacunas

En el continente africano, tres países han empezado a producir una vacuna, Sudáfrica, Senegal y Ruanda. Por otro lado, África depende fuertemente de la producción de vacunas en India y se ha resentido cuando este país ha prohibido su exportación.

Según informa Financial Times menos de un 1% de los africanos han recibido alguna dosis de vacuna.

Mozambique y la vacuna

En el caso de Mozambique, el 24 de febrero, recibió su primer paquete de vacunas: 200.000 dosis de Sinopharm donadas por China. El gobierno mozambiqueño anunciaba su intención de inyectarlas a los trabajadores de la salud mayores de 50 años. Esto sucedía ante el retraso del programa Covax, de la OMS, cuyo objetivo es un acceso igualitario a las vacunas.

El 8 de marzo Mozambique empezó a administrar las vacunas, según informa la agencia Reuters. Este programa de vacunación se sumaba a las 100.000 dosis que había recibido como donación de India. Ese mismo día llegaron a Mozambique 384.000 vacunas aportadas por el programa de distribución Covax, de la mano del embajador de la Unión Europea.

Según esta misma fuente, Mozambique ha registrado 63.645 infecciones por coronavirus y 711 muertos.

vacuna sinopharm en Mozambique

Un mundo, una pandemia

Un problema global requiere una solución global. ¿Vamos a seguir pensando como en el siglo pasado? El virus no entiende de fronteras y ese sería un motivo egoísta para pedir la liberación temporal de la patente. No se trata solo de una reivindicación por razones éticas. Por razones estratégicas, para detener la pandemia se debe obtener la inmunidad de grupo, entendiendo como grupo el mundo entero, porque el virus no se detendrá en la frontera.

Además, ya se ha constatado el peligro del surgimiento de nuevas cepas, como la sudafricana, la brasileña o la británica.

Por otro lado, vivimos en una economía globalizada fuertemente interdependiente. De modo que, para la propia producción de la vacuna dependemos de países muy castigados por el virus, hasta el punto de poner en peligro la producción de la misma. Pfizer, por ejemplo, ha dicho que su vacuna necesita 280 componentes de 86 proveedores en 19 países.

vacuna ministro Mozambique

El bien común

En aras del bien común, lo lógico sería liberar, siquiera de manera temporal, la patente de las vacunas. Producirlas a escala y sin coste para que llegaran a todos los rincones del planeta.

Si no por una razón moral contra la desigualdad en la protección de la salud, la distribución equitativa de las vacunas y el levantamiento de las patentes serían convenientes tanto para los países pobres como para los países ricos. Y, aunque el acceso a las patentes no significa el acceso a las vacunas, la exención de la patente constituye un paso hacia el fin de la pandemia.