¿Es realmente posible acabar con el hambre en el mundo?

El hambre es uno de los problemas más graves a los que nos que se enfrenta la humanidad a nivel mundial. Y es que nunca en la historia hubo tanta producción de alimentos, y sin embargo, millones de personas pasan hambre cada día en diferentes puntos del planeta. 

Aun así, los datos nos indican que todo ha mejorado bastante en los últimos 30 años. Un punto importante es que 193 países se han comprometido a acabar con el hambre en el mundo a través de los Objetivos Mundiales, así como instituciones de alcance internacional como el Banco Mundial y las Naciones Unidas.

Sí es cierto que hacen falta políticas transformadoras que aborden la desigualdad e impulsen la prosperidad compartida de un modo diferente a como lo venimos haciendo hasta ahora. Lo analizamos todo en el siguiente post.

¿Qué es el hambre en el mundo?

Naciones Unidas (ONU) define el hambre como “aquellos períodos en los que las poblaciones experimentan una grave inseguridad alimentaria”. El hambre mundial se produce cuando las personas pasan días enteros sin comer debido a diversas razones, como la falta de dinero y la falta de acceso a alimentos y otros recursos.

¿Cuánta gente pasa hambre en el mundo?

Se calcula que unos 811 millones de personas pasan actualmente hambre en el mundo, o lo que es lo mismo, alrededor del 10 % de la población mundial se acuestan con hambre cada día. Sin duda una locura.

Además, la guerra en Ucrania ha empeorado las condiciones en 2022, ya que el conflicto está restringiendo el suministro mundial de alimentos, elevando los precios y amenazando a las personas y los países más vulnerables del mundo.

¿En qué países se concentra fundamentalmente el hambre en el mundo?

En 2021, casi el 70% de la totalidad de personas con crisis alimentaria se concentraron sobre todo en diez países: la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Yemen, el norte de Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del Sur, Pakistán y Haití. En siete de estos paises, el motivo fundamental de tal situación se debió sobre todo al conflicto/inseguridad sufrida por la población, aunque, por supuesto, no es la única razón.

En países como Mozambique, país número 11 en la lista y en el que Azada Verde tiene presencia, posee unos ingresos muy bajos per cápita y un déficit de alimentos muy preocupante en una población mayoritariamente rural de 28 millones.

Además, ocupó el puesto 181 de 189 países en el Índice de Desarrollo Humano de 2020, el 103 de 107 en el Índice de Desarrollo Humano de 2020 y el 127 de 162 en el Índice de Desigualdad de Género de 2019.

¿Cuántas muertes por hambre en el mundo hay por día?

Cada día, entre 7.750 y 15.345 personas mueren de hambre y desnutrición, según un informe de 2021 de Oxfam.

Esto significa que hasta 11 personas mueren de hambre cada minuto. Simplemente aberrante… Según el informe, esto es superior a la tasa de mortalidad global actual por COVID, que era de alrededor de 7 personas por minuto en julio de 2021.

Sin duda, unos números desgarradores que deben hacer que nos replanteemos el modelo de sociedad en el que vivimos.

1 de cada 9 personas se acuesta con hambre

La disminución del número de personas afectadas por el hambre se ha producido en un período en el que la población mundial ha aumentado en 2200 millones, de 5300 millones en 1990 a 7500 millones en 2018. Si hacemos números, la proporción de personas desnutridas en el mundo ha disminuido notablemente en las últimas tres décadas. Del 19% en 1990 al 10,8% en 2018.

He aquí algunos datos del hambre en el mundo por año:

1990: 19,0%

2000: 14,5%

2010: 11,8%

2015: 10,6%

2016: 10,7%

2017: 10,8%

2018: 10,8%

Otro dato es que el número de personas afectadas por el hambre es más alto en el continente africano, donde el 20% de la población no come lo suficiente. En partes del este y sur de África, el número supera el 30%

En el África subsahariana, 1 de cada 3 niños experimenta un retraso en el crecimiento porque no recibe suficientes alimentos o vitaminas. Además de una serie de problemas de salud, el retraso en el crecimiento también afecta las capacidades cognitivas de los niños.

Los agravantes detrás del hambre en el mundo

El hambre es algo más que tener suficientes alimentos para comer: se trata de tener suficientes alimentos nutritivos para comer. Una dieta sin un aporte suficiente de calorías, proteínas, vitaminas y minerales impide el desarrollo humano en todas las edades.

Cuando los niños no llevan la dieta adecuada para crecer física y mentalmente, esto acaba derivando en un «retraso en su crecimiento» y puede provocar efectos adversos para su salud a largo plazo.

Esto a su vez deriva en perjuicios en su educación o en el desarrollo económico y social de comunidades enteras en todo el mundo.

Además, la mala alimentación se atribuye al 45 por ciento de las muertes de niños menores de cinco años.

Y es que, como comentaba al principio, nuestro planeta genera suficientes alimentos para alimentar a los más de 7 mil millones de personas que lo habitan, pero la desigualdad sistémica y la disparidad económica han llevado a una distribución desequilibrada y un acceso desigual a estos alientos.

¿Cuáles son las causas principales del hambre en el mundo?

Hay una serie de razones subyacentes que influyen a la hora de determinar los niveles de hambre en el mundo, pero hay cuatro que son fundamentales:

1. Pobreza

Millones de personas simplemente no tienen acceso a alimentos nutritivos, ni a la tierra, ni los suministros agrícolas para cultivar los suyos propios. Por eso en Azada Verde damos tanta importancia al hecho de dotar a las poblaciones agrícolas más desfavorecidas de las herramientas necesarias para poder cultivar una amplia variedad de alimentos.

Y es que el no hacerlo puede crear un ciclo simplemente devastador: el hambre constante conduce a niveles bajos de energía y reduce el funcionamiento mental y físico de las personas, dificultando el trabajo o el aprendizaje y perjudicando seriamente al desarrollo de las comunidades.

2. Clima

La variabilidad y los extremos del clima se están convirtiendo en una fuerza clave detrás del hambre en el mundo. El número de desastres relacionados con el clima se ha duplicado desde principios de la década de 1990.

La privación crónica de alimentos es significativamente peor en regiones con sistemas agrícolas que son muy sensibles a la variabilidad de la temperatura y las precipitaciones.

3. Conflicto e inestabilidad

El Informe global sobre crisis alimentarias de 2018 reveló que los conflictos y la inestabilidad son los principales culpables de la inseguridad alimentaria en 18 países, lo que representa el 60 % del total mundial.

Y es que los conflictos afectan tanto a las comunidades como a las personas, desde la infraestructura y la disponibilidad de tierras hasta el desplazamiento y la inflación de los precios de los alimentos.

4. Inestabilidad económica

Una desaceleración económica mundial ha provocado un aumento de los costos y una reducción del gasto, lo que ha tenido un impacto negativo en la capacidad de las personas de muchos países para alimentarse.

¿Es posible acabar con el hambre en el mundo?

La realidad y los números nos dicen que sí es posible acabar con el hambre en el mundo. Desde principios de los años 90,  el número de personas que pasan hambre en el mundo se ha reducido en 216 millones de personas, a pesar de un aumento de la población mundial de dos mil millones. Eso supone 7 millones menos que hace apenas un año. Pero aún hay más:

– Muchos países han reducido o eliminado en gran medida el hambre en solo 25 años.

Vietnam redujo el hambre del 45 % en 1990 al 13 % en 2014.

China redujo el retraso en el crecimiento de los niños (que tienen una altura inadecuada para su edad) del 32 % en 1990 al 8 % en 2010.

Brasil prácticamente eliminó el hambre (entre 2000 y 2006, la tasa de desnutrición se redujo a la mitad, del 10,7 % a menos del 5 %) y redujo el retraso del crecimiento infantil del 19 % en 1989 al 7 % en 2007.

Tailandia redujo el hambre del 36% en 1990 a alrededor del 7% en 2014.

– El Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir el hambre fue alcanzado por la mayoría de los países

72 de los 129 países monitoreados lograron el objetivo de reducir a la mitad la prevalencia de la desnutrición para 2015, y las regiones en desarrollo en su conjunto no alcanzaron el objetivo por un pequeño margen.

Además, 29 países han cumplido el objetivo más ambicioso establecido en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, cuando los gobiernos se comprometieron a reducir a la mitad el número absoluto de personas desnutridas para 2015.

– La nutrición y la salud infantil, clave para acabar con el hambre, están mejorando

Ha habido una disminución del 40% en el retraso del crecimiento infantil en los últimos 25 años.

– Numerosas instituciones han determinado que es posible acabar con la pobreza extrema para 2030

Y debido a que la pobreza y el hambre están íntimamente relacionados, esto tiene un impacto directo en la erradicación del hambre. Según los escenarios del Banco Mundial, si suponemos un crecimiento per cápita del 4 % en cada país en desarrollo (que ha sido la tasa de crecimiento promedio de los países en desarrollo en su conjunto entre 2000 y 2010), así como una distribución del ingreso sin cambios (equivalente al promedio para los países en desarrollo en su conjunto entre 2000 y 2010), es posible conseguir el objetivo de reducir la pobreza global al 3 % de la población mundial, lo que se consideraría el fin estadístico de la pobreza, para 2030.

– El mundo se ha comprometido a acabar con el hambre a través de los Objetivos Mundiales

Más que nunca, invertir en nutrición y acabar con el hambre se considera una prioridad clave para el desarrollo de nuestro planeta. El Objetivo mundial n.º 2, el objetivo «Hambre cero», exige acabar con el hambre y mejorar la nutrición para 2030, y 193 se han comprometido a que esto suceda .

Cómo acabar con el hambre en el mundo.

Los objetivos fundamentales que venimos defendiendo y trabajando en Azada Verde para acabar con la pobreza parten de cuatro pilares fundamentales:

1. Empoderamiento de las mujeres

Las mujeres constituyen el 45 por ciento de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo, pero habitualmente suelen sufrir un mayor grado de pobreza extrema al tener un menor acceso a educación y al control sobre la tierra y los recursos que sus contrapartes masculinas.

Al luchar contra esta brecha de género, las mujeres pueden empoderarse para alimentar a sus familias, cultivar alimentos nutritivos, expandir sus negocios y participar en los mercados agrícolas.

2. Lucha contra el cambio climático

En Azada Verde trabajamos muy duro para encontrar formas de fortalecer los sistemas agrícolas y los medios de subsistencia de las poblaciones agrícolas más vulnerables a través de sistemas y técnicas de cultivos menos contaminantes tanto para la tierra como para el entorno.

3. Agricultura Sostenible

Necesitamos repensar la forma en que cultivamos, compartimos y consumimos nuestros alimentos. Si se gestionan bien, nuestra agricultura, silvicultura y pesca pueden proporcionar suficientes alimentos nutritivos para todos en el planeta, al mismo tiempo que generan ingresos sostenibles y protegen el medio ambiente.

Es por ello que desde Azada Verde promovemos sistemas de riego solar, bici-bombas para la extracción de agua o la reforestación con especies autóctonas como forma de obtener alimentos sin dañar la tierra.

4. Colaboración

Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los líderes mundiales de todos los sectores deben trabajar juntos para desarrollar nuevas soluciones que garanticen la seguridad alimentaria para todos. Y los esfuerzos para combatir el hambre en el mundo deben ir de la mano con aquellos para mantener la paz mundial.

De momento en Mozambique hemos conseguido grandes avances a través de la agrupación de numerosos agricultores en asociaciones agrícolas, lo cual ha hecho que ganemos una mayor fuerza de negociación con agentes locales y gubernamentales a la hora de conseguir cambios.

¿Qué puedes hacer tú a título personal para ayudar a acabar con la pobreza y el hambre en el mundo?

Algunas cosas que puedes hacer para ayudar a terminar con el hambre en el mundo son:

1. Comprar y comer localmente.

Comprar en el mercado de agricultores local o cultivar sus propias hierbas y vegetales es un paso sostenible y factible hacia una buena salud y nutrición. De este modo beneficiamos a productores locales y ahorramos un sin fin de costes de transporte con sus correspondientes niveles de contaminación.

2. Objetivo cero desperdicio de alimentos.

1300 millones de toneladas de alimentos que se desperdician cada año, que se dice pronto pero es bastante. En este sentido todos podemos poner nuestro granito de arena para que esa cifra disminuya.

Esto se puede conseguir no comprando de más, tratando de consumir más al día, aprovechando las sobras para cocinar otros nuevos platos, compartiendo comida o donando alimentos que nos sobren entre otras muchas cosas.

3. Colaborar con organizaciones que luchen contra el hambre.

En organizaciones como Azada Verde luchamos por dotar a las comunidades de agricultores más desfavorecidos de herramientas para que ellos puedan conseguir mayores y más variados cultivos de una forma sostenible, además de un sueldo con la venta de los excedentes.

Además, nos encargamos de dotar de recursos a poblaciones afectadas por desastres naturales como sucedió con el ciclón Eloise, para que reciban asistencia alimentaria y nutricional de forma inmediata, y de alimentar y dotar de educación a cientos de niños a través de nuestro proyecto escolas de paz.

Los avances como acabamos de ver son importantes pero aún queda mucho por hacer. Si quieres colaborar con nosotros y ayudarnos a luchar contra el hambre en el mundo solo pincha en el siguiente link y elige la forma y la cantidad con la que quieres ayudar, porque tu voluntad a la hora de conseguir este objetivo, es clave.

Fuentes: globalcitizen.org

goodgoodgood.co

globalgiving.org

wearethenewradicals.com