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Un futuro incierto para Graça y Jorge Paulo

Esta es la historia de Ester Vurande, madre soltera de 37 años que vive en Chingone, comunidad de Mangunde, con sus hijos Graça y Jorge Paulo.

De tanta nostalgia por la ausencia de su madre decidieron caminar 7 kms hasta el centro de salud de Mangunde para visitarla, tras 3 semanas ingresada.

Debido al ciclón Idai, la salud de Ester Vurande empeoró por una infección grave, y su casa quedó destruida, perdiendo todo y pasando a vivir debajo de un árbol que llaman su casa.

Con solo la ayuda de sus gemelos

Graça es la encargada del hogar desde el año pasado cuando la madre comenzó a enfermar. Ella es quien lleva la responsabilidad de la casa.

Los niños, fuera de la escuela

Los dos niños de 7 años trabajan la tierra con sus azadas y producen el poco de maíz que consumen.

Nunca han tenido zapatos, ropa o juguetes, lo único que visten es la ropa que sus vecinos les dan, cansados ​​de verlos desnudos.

El ciclón Idai destruyó su casa y agravó la salud de la madre de los niños pero el sufrimiento empezó mucho antes.

La vida de esta familia tiene un futuro incierto, sin ayuda externa va a ser muy complicado, especialmente para los niños, que solo deberían soñar y disfrutar plenamente de sus derechos.

Esta podría ser una historia única pero por desgracia no es el caso. Es solo una más de las cientos que se dan en las comunidades rurales de la provincia más pobre de Mozambique.

Cientos de familias como la de Ester necesitan nuestra ayuda, vuestra ayuda.

José Zacarías

Mangunde, 08/05/2019